Haciendo la maleta hacia el año
13, cabe hacer recuento de equipaje para saber qué o incluso como me lo llevaré
conmigo ya que no todo está permitido. No permitiré que repitan algunas cosas
que han mellado en mi moral, como los comentarios desafortunados o los malos
hábitos que se cogen haciendo y deshaciendo en los grupos. Más allá de equipaje
negativo, me gustaría destacar muchas de las cosas buenas que me llevaré.
Primero de todo debería destacar que ya por fin, después de algunos intentos
teóricos y no tantos prácticos, un viernes 13 cayó el carnet de conducir, que
ya iba siendo hora y como pronostiqué, era uno de mis deseos más fervientes
para este año que dejamos. Otra cosa positiva y hablando del número 12, ahora
sí que sí, puedo decir que por aquellas circunstancias que rodean al sexo
femenino, a la metafísica y a la amistad, he podido recuperar a uno de mis
mejores amigos y aunque no se lo diga, aunque no hablemos de ciertas cosas o
aunque no le dé la mano, estoy muy orgulloso de eso. Precisamente, hablando de orgullo, puedo
llevarme en la maleta esos valores y dogmas que llevo defendiendo ya durante 3
años, después de dejar la "historia de mi vida" olvidada y cambiando
las (mis) reglas de juego, ese orgullo me ha permitido ser más fuerte y poder
luchar contra alguna incongruencias que se iban planteando, tanto en las
relaciones personales como en las académicas.
Volver a jugar, después de hacer
un amago de dejarlo, también es una cosa positiva. Yo vivo de esto, de empezar
una nueva temporada, de comprarse unas nuevas zapatillas para los partidos, de
los videos y música previa, de ese nerviosismo, de esa lumbalgia, de ese shooter,
de todo eso y más, volver ha sido una de las mejores cosas, aunque soy
consciente que a este #11 se le termina el crédito y el físico, y el año trece
lo va a retirar.
Es curioso, conocer a personas
nuevas te cambia la vida. En aquellos lugares donde ya estuve alguna vez he
podido encontrar a elementos que me han enriquecido muchísimo. No sabía que ir
a cuenca sería un viaje positivo para el punto de vista, o pasear cerca del mar
de la ciudad de baloncesto reportaría unos beneficios para el cuerpo y la mente
muy placenteros. Has ocupado 4 meses del año doce y aunque te dije aquello que
solo digo a las que realmente me enamoran, tu has sido brillante a tu manera,
con tus cosas, tu mundo púrpura, tu visión happy-flower+mental+psíquica de los
sentimientos y de las casualidades de la vida. Has sido un gran apoyo y un
refuerzo muy positivo para mi (mala) conveniencia en la que podría haber sido
la forma de sentar la cabeza pero que por circunstancias (o quizás porque no
estaba preparado) no he podido asumir como yo quería. Lo siento mucho, de corazón.
Volviendo a mi vida, qué decir
del baloncesto. Los del 2001 de formación me siguen queriendo cada vez que los
veo. Los sigo llevando dentro y con aquella espina de no poder terminar el
ciclo de aprendizaje mini. Me da y me dio pena abandonar (temporalmente)
aquellos niños que para mi eran los mejores del mundo, y a su vez, me despedía,
o decía hasta luego a la que ha sido mi casa durante más de 8 años. "Si
realmente te da tanta pena, no se porque te vas" me dijeron. Sinceramente,
cada día pienso en volver, aunque no lo diga. "En mi casa" las coas
van a otro ritmo, son más tranquilas y la gente es mucho más afable y menos
competitiva y eso, para según que tipo de personas y caracteres es genial. Pero
las circunstancias y las ambiciones cambian y se acrecientan a la que respiras
nuevos aires; coges nuevos rumbos y terminas lejos de casa, de azul, con un
proyecto con la primera letra del abecedario y en femenino. Una nueva
experiencia, enriquecedora, y con el recuerdo del baloncesto femenino que viví
en la temporada 2008-2009. Nueve niñas que tienen unas ganas terribles de
comerse la pista, de ganar en cada bote, en cada tiro que hagan. Uau, me gusta
ese sitio. Quizás por qué es descubierto, como mi casa, quizás porque el
coordinador me trata tan bien como lo hacía el que fue coordinador de mi casa
durante mucho tiempo, quizás... Al hilo de este personaje, cabe mencionar que
el año de mi amigo no ha sido demasiado bueno. Nada ni nadie, como la canción
de Nach, podía presagiar que un día de agosto, en medio de las fiestas de
barrio, algo extrañamente negativo sucedería. Un caso extraño, con muchas
versiones hijaputescas que obviamente no me llevaré conmigo, pero que estoy
convencido de la inocencia de una persona noble. Entiendo y tengo constancia de
que mi amigo lo ha pasado mal, muy mal, y estoy deseando igual o más que él que
toda esta mierda termine, por el bien de todos y de nuestro deporte.
Por otro lado tenemos al loco del
doble anal, al tío que cantó a Gotye y a Edith Piaf al mismo tiempo. Alguien,
que según me cuenta, se ha dado cuenta de que no es perfecto pero sí mejor de
lo que creía. Alguien que ha sido capaz de conocerse mucho más y mejor durante
este año doce. Alguien que creía en la ilusión del amor y que terminó en el
pozo de las desilusiones. Cosas de los desamores, de las circunstancias, o de
los placebos metafísicos que nos rodean, precisamente esas circunstancias. Estoy convencido que ha madurado, igual que
un servidor con sus relaciones, él con las suyas, y que desde vertientes y
experiencias diferentes, hemos podido complacer algunos de los aspectos más
lejanos y cojos que acarreábamos. A veces, las cosas son como son y no como las
queremos ver, y ser consciente de la realidad y aprender a serlo es difícil
cuando hay la venda del supuesto amor. Podría tirar de rencor, que es más mi
estilo, pero él no se estila con estas cosas, todavía tiene buenas palabras por
aquello que vivió. Son cosas que pasan y que sirven para aprender, aunque
permíteme darte un consejo: sé más egoísta y piensa en todo aquello que sí te
reportará esa felicidad que buscas, que buscamos y anhelamos.
Académicamente, y volviendo a mis
lares, las cosas siguen su curso, pasando pruebas y contratiempos, capeándolos
como se puede, no sin la ayuda de mis compañeros y compañeras. Desde aquí
agradecerles todo lo que han hecho por mi durante este final e inicio de curso
académico. Sin duda, su apoyo es un valor indispensable para cualquier viaje.
Este es un trayecto largo, donde la competencia es dura, pero la compañía es
gratificante. Gracias a todos ell@s!
Para aquellos amigos que están
lejos, algunos en el Vallés, otros en Burgos y otro en las Islas anglosajonas,
decirles y hacerles llegar mi aprecio y consideración. El contacto sigue en pié
y vivo, aunque me gustaría, como propósito del año trece, poderlo como mínimo aumentar
e incrementar. Al de las islas, parece que ya todo le va mejor. Se fue en busca
de... de no sé exactamente qué, pero se fue seguramente para aprender, para ser
mejor en la vida y poder sobrevivir a la sociedad. Es un tío que se maneja bien
en situaciones extremas, lo conozco desde que tengo uso de razón y sé que
aguantará el tirón. Quizás, con un poco de suerte, tiempo y dinero, pueda
montarme una maleta, esta con ropa, y pueda hacerle una visita. Es una tierra que me
enganchó hará cosa de dos años, en el "viaje de mi vida".
Supongo que si estás leyendo este
resumen ególatra y basado en lo que es mi vida naranja, sabrás de si eres
conocedor de mi ser, que faltan algunas cosas a comentar, sobre todo aquellas
cosas que han sucedido, por llamarlo de alguna manera, y que no puedes
controlar al no depender de ti, sino de los que ven los toros desde la barrera
pero que debajo del capote llevan esa espada y banderillas que pueden terminar
usándolas para desangrarte lentamente y enviando un mensaje opuesto al que tu,
como buenamente puedes, prodigas. Me refiero al hecho de que empecé con un
grupo de 12 jugadores y que por circunstancias ajenas a lo que incurre dentro
de las líneas de una pista de baloncesto ya no son competencia de mis
quehaceres. Dicho lo cual y adornándolo con palabras menos directas, anotar que
ha sido un orgullo trabajar con mis ideales hasta el final de los días. Que
esos ideales viajan conmigo, dentro de esa enorme maleta que llevo cuando me
dispongo a competir por y para mi vida. Era un grupo interesante, con calidad,
incluso había humildad en los pequeños, pero en lo que hace referencia a los
mayores, que sepan aquellos que exhiben un discurso por delante y que por detrás
vomitan sandeces que estén tranquilos, que las cosas mejorarán, que el
baloncesto tiene muchas cosas buenas, y una de ellas, y no me canso de repetir,
es que siempre el baloncesto te da una segunda oportunidad. Aquí mato lo
acontecido, pero hilando a la temática de las oportunidades y ya terminando
este relato decir que por fin me cobré una deuda que tenía pendiente conmigo
mismo desde hace muchos años: asistir a
una Copa del Rey de baloncesto, y aprovechando que se hacía en Barcelona, pude
asistir. Con una compañía peculiar, lo más importante era gozar del juego, del
ambiente, de las aficiones y de la magia que desprende mi vida, nuestro
deporte.
Para los que no queráis leer
estos 1500 caracteres, me gustaría resumir el año 12 con los buenos propósitos
para 2013, un clásico que no suele cumplirse ni ceñirse al pié de la letra,
pero que intentaremos pulir, como el cristal de Bohemia, para intentar ser
mejor y más felices.
Como propósito principal, y
clásico básico es tener y desear salud para mí y los míos.
Que académicamente la cosa sea fructífera, sin demasiados baches y que pueda
seguir adelante con el proyecto. Que baloncescísticamente todos mis amigos
tengan aquello que se propongan, sin desmerecer ningún paso y poniéndole ímpetu
a sus ambiciones. Y por último, no buscar ni encontrar a alguien brillante,
sino que todo llegue cuando toque porque con actitud se puede llegar a todo el
mundo, y que ese mundo se cree a partir de una segunda oportunidad o que esa
maleta esté repleta de rarezas para ser sacadas a pasear cuando lo indique
aquello que nos hace estar en liza, la ilusión.
Aunque el 13 no guste, Feliz 2013.
la#13